¿Sabes qué pasa con los cuentos cuando creces?
Que dejas de creer en ellos. Pones luz en las sombras y empiezas a preguntar por qué Ricitos de Oro no eligió primero la cama mediana o por qué Blancanieves cogió la manzana que le ofrecía una desconocida con pinta de ser poco fiable. Pones tu vida sobre ellos, tu experiencia, como si fuese un calco y mides los cuentos con la misma lógica hasta que se desmorona. Y eso acaba con la magia. Como la que yo ya no tenía y en la que ya no creía.
Elisabeth Benavent
No hay comentarios:
Publicar un comentario