Resumen:
De la autora New Adult más leída en nuestro país. Alice Kellen nos sorprende de nuevo con una gran historia de segundas oportunidades y destinos que se cruzan.. Un romance que fundirá hasta el corazón más helado. Un chico con el corazón de hielo.Una chica que huye de sí misma. Dos destinos que se cruzan.
Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Así es como termina en Alaska, en un pequeño pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su único problema es que uno de los dueños del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frío y distante, pero Heather puede ver a través de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atrás.
Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad. La nieve empieza a derretirse. Y todo encaja.
Así termina el libro:
“-¿De qué va la novela? -Pregunta en un susurro.
Sonrió sin dejar de acariciar su rostro.
- Es la historia de una chica que está perdida y de un chico que ya no quiere encontrar. Ella es el sol, calor. El es el hielo, Alaska, un corazón congelado en el que siempre está nevando. Pero, a pesar de todo, encajaban. Y tal vez por eso, los dos crecen como esas briznas de hierba salvaje, ¿te has fijado en ellas? No lo parece, pero son fuertes. Y no importa el mal tiempo que haga, al final, pese al frío, pese al dolor que arrastren del anterior invierno, siempre se alzan buscando la luz del sol.
Nilak respira profundamente.
Lo arazo. Lo beso. El habla contra mis labios.
- No me ha dicho como se titula.
- El dia que dejo de nevar en Alaska.”
Sonrió sin dejar de acariciar su rostro.
- Es la historia de una chica que está perdida y de un chico que ya no quiere encontrar. Ella es el sol, calor. El es el hielo, Alaska, un corazón congelado en el que siempre está nevando. Pero, a pesar de todo, encajaban. Y tal vez por eso, los dos crecen como esas briznas de hierba salvaje, ¿te has fijado en ellas? No lo parece, pero son fuertes. Y no importa el mal tiempo que haga, al final, pese al frío, pese al dolor que arrastren del anterior invierno, siempre se alzan buscando la luz del sol.
Nilak respira profundamente.
Lo arazo. Lo beso. El habla contra mis labios.
- No me ha dicho como se titula.
- El dia que dejo de nevar en Alaska.”
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