Travis Parker tiene todo lo que un hombre puede desear: un buen trabajo como veterinario, amigos fieles e, incluso, una casa delante de un lago en una pequeña localidad de Carolina del Norte.
Le gusta la vida y aprovecharla al máximo, aunque hay algo que se resiste probar: enamorarse.
Pero semejante propósito desaparece por completa en el momento que conoce a Gabby Holland.
Gabby es una asistente pediátrica que se acaba de mudar al barrio de Travis.
Él ha intentado ser un buen vecino, invitarla a sus barbacoas y a pasar el día con sus amigos en su lancha, pero ella ha resistido cada uno de los intentos de su guapísimo y encantador vecino, en parte porque le sería demasiado fácil sentirse atraída por él. Y eso sería un problema porque Gabby tiene novio.
Otra novela que me ha fascinado de este autor.
Al principio todo va genial hasta que el libro da un vuelco que ni yo me imaginaba y después vuelve a sorprenderte con el final. ¿Hasta dónde debe llegar una persona en nombre del amor? Difícil pregunta que te hace y que en un caso similar sería muy difícil responder.
El libro termina así:
"Sólo era un día normal y corriente, un día más. Pero, por encima de todo, era un día en que todo era exactamente tal y como debería ser."
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